El teatro y la discapacidad se abrazan
Elegí el teatro porque es un lenguaje que no excluye. En escena, cada cuerpo puede expresarse, emocionarse y ser mirado sin filtros. Por eso decidí ser docente.
DISCAPACIDAD
Gabierotika
4/12/20251 min leer


Decidí estudiar el profesorado de teatro porque creo en el poder expresivo de los cuerpos. Y no hablo solo de los cuerpos que suben al escenario con técnica perfecta, sino de todos los cuerpos: los torpes, los heridos, los distintos, los que se mueven lento o que no se mueven como se espera.
El teatro es un lenguaje que no necesita traducción. Puede hablar con una mirada, con un silencio, con una respiración. Y eso lo hace profundamente inclusivo, aunque muchas veces el sistema educativo o artístico no lo vea así. Pero yo lo vi, y por eso elegí formarme como docente.
Vengo trabajando hace años con personas con discapacidad, y en ese recorrido entendí que el teatro no es solo una forma de expresión: es una herramienta para habitar el deseo, la presencia, la afirmación del yo. Cuando alguien con discapacidad entra en una escena, se corre del lugar de paciente, de usuario, de asistido. Se convierte en creador, en protagonista, en potencia.
El teatro y la discapacidad se abrazan porque ambos tienen algo en común: no responden a una forma única. Se adaptan, se expanden, se reinventan. Por eso quiero enseñar desde ahí. Porque no hay un cuerpo equivocado para actuar, así como no hay un cuerpo equivocado para sentir.
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